jueves, 28 de octubre de 2010

Los indefensos

El sol con su calor,
la luna con luz ajena,
dieron vida a un corazón
para que hable con la cabeza.

Cual águila en los aires
es el sentimiento que siento;
pues veo en los lares
su belleza como la que llevo dentro.

Estoy hecho con la más sencilla
sencillez de pueblo olvidado;
y busco aportar con mi semilla
sembrando un bosque de versos para mi hermano.

¡Compañero!, si, Tú, a quién hablo,
acompáñame a brindar vida
a nuestros hermanos olvidados;
aquellos perros que producto de su fatiga
mueren cada día, en las calles atropellados.

Si tan solo ayudásemos, a un callejero
perro ambulante y hambriento;
veremos que el destino no es ajeno
hacia aquellos seres, que llevan su calvario por dentro.

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